Víctor Mira (Larache, Marruecos, excolonia española, 1949 – Breitburnn am Amersee, Múnich, 2003). Artista autodidacta si por esto se entiende que no tuvo estudios académicos formales. Además de su labor pictórica, Mira destacó por su producción en el campo de la escultura, la cerámica, la instalación y la obra gráfica. Otro aspecto central de su arte es la poesía, a la que se entregó vertiginosamente, dejando como rastro libros de una cuidada ejecución. Cualquiera sea el medio escogido, su obra se ve alumbrada por una pulsión y pertinencia tan singular como consecuente, deviniendo su corpus en el manifiesto extremo de la búsqueda de lo absoluto. Partiendo de la iconografía cristiana de la Europa católica, Mira emprende en sus obras una labor subversiva por su integridad y compromiso.
En 2003 fue reconocido como el mejor artista en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid (ARCO).
Víctor Mira veía la figuración como una necesidad urgente de explicarse y a la abstracción como artífice de la imposibilidad de hablar. “… Mis símbolos _decía_ nacen de la soledad del artista, de los momentos trágicos, de la reflexión sobre la muerte, del temor al fracaso (…) Yo no creo en la felicidad como motivo artístico porque la felicidad es estéril. Una sociedad sólo recuerda sus grandes períodos de dolor que, como todo el mundo sabe, son los más creativos. Una sociedad feliz es insípida, y el arte, aunque busca la felicidad, no la da. Es dolor y conflicto”. En 1997 escribiría: “Aquí está la tierra, la carne, los sonidos, el retorno al ultimátum del presente. La intensidad en la descripción es el azúcar en la fantasía y no solamente la imagen de las cosas, sino lo trascendente que existe en el cotidiano vivir, la primacía de la tierra, como raíz de los tiempos. La sumergida versión del hombre surge visible iluminada con la luz que la define como el elemento de única importancia”.
Estrechamente vinculada a su biografía, la obra de Mira se nutre del neoexpresionismo o Die Neue Wilden alemán, como se observa en Mujer con mono (1978) que se expone por primera vez. Su visión descarnada del mundo nos deja también pinturas como Goya (1992), expuesta en la muestra “Los años pintados”, Gijón, dedicada a la Colección Miguel Marcos en 2001, un homenaje a uno de sus grandes referentes. Para el artista todo era “luz y sombra que somos sostenidos en la constancia del cotidiano vivir”.
Mujer con mono
1978
Óleo sobre madera
159 X 49 cm
Colección Galería Miguel Marcos
Goya
1992
Óleo y collage sobre lienzo
200 X 200 cm
Colección Galería Miguel Marcos
Información sobre el artista, ARTIUM
Julio César Abad Vidal: Víctor Mira: la dichosa laceración de la herida, 2002
Catálogo: Víctor Mira – El viaje de regreso a casa, 2005
Catálogo, Víctor Mira Hilaturas, 2008
Catálogo, retrospectiva, Pabellón de las Artes, 2008
Daniel Serrano Serrano: Los Estilitas en la producción artística de Víctor Mira, 2009
Catálogo, exposición Escultura y objetos, 2010
Daniel Serrano Serrano, Los Estilitas en la producción artística de Víctor Mira
Victor Mira en una doble exposición de sus cerámicas, 2011
Antón Castro: Víctor Mira, Un doble retrato, 2013
J. Fleta Zaragozano: Víctor Mira: surrealismo, misticismo y rebeldía, 2018
David Cortés Santamarta, El ciclo Bachcantata de Víctor Mira, 2018
Alberto Castán Chocarro, Víctor Mira: La infección esa de ser artista, Revista Cultural Nº 28, 2018
La visión más original y desconocida de la creación de Víctor Mira, 2021