Pello Irazu: Panoramas
Hasta el 25 de junio de 2017 se presenta en el Guggenheim de Bilbao la exposición de Pello Irazu (Andoáin, Guipúzcoa, 1963): Panorama. Irazu es una figura clave para la renovación de la escultura en España desde los años ochenta. En esta exposición retrospectiva se pueden ver obras de sus tres períodos creativos:
- Etapa inicial, desde 1985 a 1990: dedicada a las identidades individuales y colectivas, donde revisa conceptualmente lo que ha sido, hasta los años ochenta, la escultura en el país vasco, sus reminiscencias antropomórficas, referencias a la naturaleza, a lo telúrico e incluso a lo esotérico, así como también la figura de Jorge Oteiza en el panorama plástico vasco. A partir de su investigación tanto teórica como visual, Irazu reacciona ante lo antes dicho y realiza una obra escultórica básicamente abstracta en la que intenta hacer evidente, exagerar, lo que en la escultura se considera un error: planos insólitos, desajuste de unidades o componentes; indaga en la densidad de los materiales empleados creando obras muy gruesas de formas. Se interesa en el Minimalismo y, como en el caso de su acercamiento a la obra de Oteiza, parte de los preceptos básicos de la tendencia minimalista para jugar con ellos y elaborar nuevas resoluciones. En algunas obras hay una clara referencia al paisaje llevado a los mínimos elementos. En esta etapa cobran importancia las cuestiones organizativas y estructurales y, por supuesto los sistemas constructivos que se desarrollarán con mayor énfasis en su siguiente período.
- Etapa de su trabajo en Nueva York. El tema escultórico se relaciona más con la percepción de lo externo, con el entorno, con los objetos cotidianos, el ámbito doméstico o las personas más próximas; los dos ejes fundamentales serán la mirada y la interacción. Esta etapa dará pie a un interés recurrente de ahora en adelante: la escultura vista como un hecho social, como un hecho colectivo. En estos años mantiene su aproximación heterodoxa tanto con la escultura de Oteiza como con el Minimalismo. Realizará una obra en constante tensión entre el ideal escultórico y la realidad, entre la abstracción y los elementos reales, entre lo corporal y lo conceptual, entre la realidad y la representación. Una obra puede tener la apariencia de un sillón o de una mesa pero su manera de ser elaborada y sus componentes remiten a la construcción de una casa o pueden estar sobredimensionados en escala o incluir diferentes elementos (madera, soportes serigrafiados, espejos). Sus creaciones en estos momentos revisten contenidos arquitectónicos. Irazu deconstruye tanto la escultura como la arquitectura y crea una obra que más que híbrida es de ruptura y re-ensamblaje de ambos procesos creativos.
- Etapa que va desde el año 2000 a la actualidad. Se centra en la idea de reproductibilidad, lo constructivo no es ya lo primordial, cobra relevancia el objeto como tal: sillas, mesas, cajas acumuladas; introduce también el soporte fotográfico y lleva a cabo instalaciones que le permiten desarrollar un concepto o tema, algunos de ellos relacionados con iconografías históricas que tenemos culturalmente integradas en el imaginario
Información sobre la exposición en el Museo Guggenheim de Bilbao
Pello Irazu en la Sala Alcalá, Madrid
Charla del artista, Museo Guggenheim de Bilbao
Dossier de prensa, exposición, 2017
La obra de Pello Irazu es un diálogo constante con el espectador planteándole siempre un quiebre de los sentidos porque sus creaciones navegan siempre entre dicotomías: virtualidad-fisicidad, entre el arte y el no arte, entre lo objetual y la abstracción ideal, entre las relaciones codificadas a través de la historia y los procesos físico químicos de los materiales.
En el Fondo Documental de Arte Contemporáneo Miguel Marcos encontraremos varias publicaciones con información sobre la obra de este incuestionable artista:
PELLO IRAZU. Zatiak eta lotiak / Fragmentos y durmientes, 2003
PELLO IRAZU. Universo de suturas, 2008
ESCULTURAS. Mª Luisa Fernández / Pello Irazu / Juan Luis Moraza, 1987
CONTEMPORANEA / January-February 1989
Imágenes cortesía del Museo Guggenheim de Bilbao